En los últimos meses las acciones de Intel han estado bajo presión, siendo así una de las pocas empresas del rubro de semiconductores que no ha logrado coger vuelo, donde la fuerte competencia de AMD continua pesando. Prácticamente todos los años AMD le resta a Intel gran parte de la participación del mercado, en especial en la industria de comunicaciones.
Recientemente Intel anunció que planea sacar a bolsa en EEUU a Mobileye, la empresa israelí de conducción autónoma que adquirió en 2017, lo le permitió elevar sus acciones. Sin embargo, Intel no logró mantener esta subida; lo que nos indica que la acción sigue muy débil. De hecho, el precio se encuentra por debajo de su promedio móvil de 200 y 50 días, testando ambos pero sin lograr un quiebre definitivo.
La acción se encuentra en un canal bajista, muy cerca de la banda inferior y cerca de un piso técnico en 48, hay que estar muy atentos a estos niveles ya que de llegar a romperlos la acción se dirigiría a sus mínimos de 2020 cuando inició la pandemia.